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  • Foto del escritorVenus Gioiella Gudiel Coronado

Dejar de ser invencible para convertirnos en seres invencibles

Cuando nosotros nos ponemos a recordar nuestra etapa de niñez, vienen los recuerdos donde aparecían miedos, vergüenzas, pero no había muchas preocupaciones. Confiábamos en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Por eso, brillábamos. Sin embargo, a medida que crecíamos, nuestra autoconfianza se reducía, hasta el punto de desear ser invisibles.


El deseo de ser invisibles proviene de todas esas creencias sociales y culturales que vamos adquiriendo y que se van solidificando a medida que vamos creciendo. Como bien sabemos, las creencias nos limitan. Por ejemplo, si pensamos que cometer un error en una exposición es un fracaso y lo hacemos, probablemente nos disguste hablar en público más adelante. Incluso, pensaremos que somos unos pésimos oradores cuando no es así.

Algunas de las creencias que tenemos solo favorecen nuestros miedos. Como miedos a quedarnos solos y que pensemos que nadie nos quiere, y que nadie se fije en nosotros. Los miedos mucho o poco según vayan pasando los años pensamos en situaciones en tener todo bonito, sin embargo, encima nos pasa por nuestra mente que tampoco tenemos la familia perfecta, a no sacar las mejores notas, a decepcionar a los demás o a no dar la talla. Por ello concluimos en que “Nuestros temores nos empujan a ser invisibles mientras nos identificamos con determinadas etiquetas que nada tienen que ver con nosotros”. Sin embargo, no perdemos el sueño de convertirnos en seres humano invencibles y con sueños de grandeza.

Vivimos en una sociedad que constantemente nos echa hacia abajo quitándonos la esperanza, que provoca que nos tengamos que comparar con los demás y que analicemos bajo lupa todos nuestros defectos. ¿Dónde están nuestras virtudes? ¿Dónde están mis sueños, en la sombra? Seguramente están esperando a que les dirijamos una sola mirada para salir a la luz y así darnos cuenta y volvernos conscientes de todo nuestro potencial humano.

Me pregunto, ¿En qué momento, hora, día, mes, año empezó a gestarse todos esos miedos que nos invitan a ser invisibles? Esos miedos que solo buscan que te encuentres debajo de la mesa, o quieras convertirte en un ser invisible para todos inclusive en tu familia. Tus miedos hacen que tengas que ocultarte, sin haberle dado ese 5% de oportunidad de probarte que eres un ser magnifico y que puedes romper esos miedos que solo se encuentran en ti.

La mayor parte de nuestro tiempo y que en buena medida, nos hemos convertido en esa gran parte de miedo que afecta nuestra zona de seguridad, siempre y cuando todo haya ido bien, esa oportunidad que esperas se encuentra en que pienses que tienes un 95% de oportunidad en convertirte en una persona invencible”


Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos inmensamente poderosos. Es nuestra luz y no la oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿Quién eres tú para no serlo?”.

-Nelson Mandela-

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